El 2025 trae una revolución en diseño de interiores, marcada por paletas de colores vibrantes y texturas ricas que transforman los espacios en auténticos refugios modernos. Tonos como el terracota, el verde bosque y los azules oceánicos se combinan con beige y grises claros para evocar serenidad y conexión con la naturaleza. Estas tonalidades se entrelazan con acabados táctiles: desde tejidos suaves como el lino y la lana hasta superficies rugosas de piedra o madera reciclada, creando ambientes cálidos y sofisticados.

Las paredes cobran protagonismo con técnicas como el efecto lavado, los acabados texturizados y los revestimientos vegetales. Además, los muebles adoptan formas orgánicas y redondeadas, diseñados para maximizar el confort sin perder elegancia. Los materiales sostenibles son imprescindibles: el bambú, el corcho y los bioplásticos representan una apuesta por la estética responsable, ideal para hogares conscientes del medio ambiente.

En iluminación, las lámparas colgantes con acabados metálicos en cobre o latón añaden un toque de lujo, mientras que las luces regulables mejoran la funcionalidad y adaptan los espacios a cualquier ocasión. La combinación de lo natural y lo moderno convierte cada rincón en una obra de arte que refleja personalidad, estilo y compromiso con el entorno.

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